¿QUÉ PUEDO HACER YO?
Ya debéis saber que yo no entiendo nada... pero mi planteamiento personal se puede resumir en un viejo refrán; "un grano no hace granero, pero ayuda al compañero".
Como docente, entonces, ¿qué puedo hacer yo?.
Las administraciones, en su afán de recorte del gasto público, han echado mano de los sectores que consumen la mayor parte del mismo, con lo que necesariamente los servicios educativos se ven brutalmente dañados, ya que se plantean desde criterios economicistas.
Desde algunos sectores se están planteando acciones que, a mi entender, van a dar los resultados opuestos a lo que se pretende (no realización de actividades extraescolares, atención a las familias exclusivamente en el horario definido para ello...) en definitiva realizar una encubierta "huelga de celo".
Mi planteamiento es diametralmente opuesto: la razón de ser de los docentes es precisamente educar y, para ello, irremediable, necesaria y afortunadamente estamos en el mismo barco que las familias, por lo que cualquier acción que suponga una merma de la calidad de la enseñanza por nuestras acciones u omisiones ha de quedar descartada.
Es más, ahora en momentos de crisis es cuando tenemos que hacer más visible nuestro trabajo, cuando hemos de hacer un ejercicio de pedagogía, cuando hemos de colaborar más intensamente con las familias, cuando en los claustros ha de haber más debate didáctico... en definitiva cuando hemos de hacer granero.
Hemos de aprovechar esta crisis para salir reforzados tanto individual como colectivamente y eso depende exclusivamente de cada uno de nosotros y del nivel de compromiso que estemos dispuestos a aceptar.
Desde mi posición estoy dispuesto a tomar la actitud del colibrí del incendio en la selva, que mientras el resto de animales corrían para tratar de ponerse a salvo él, a pesar de las burlas de los demás llenaba su pequeño pico con unas gotas de agua del río y volaba al incendio para tratar de apagarlo.
...Ahora parece que empiezo a entender algo...
Hemos de aprovechar esta crisis para salir reforzados tanto individual como colectivamente y eso depende exclusivamente de cada uno de nosotros y del nivel de compromiso que estemos dispuestos a aceptar.
Desde mi posición estoy dispuesto a tomar la actitud del colibrí del incendio en la selva, que mientras el resto de animales corrían para tratar de ponerse a salvo él, a pesar de las burlas de los demás llenaba su pequeño pico con unas gotas de agua del río y volaba al incendio para tratar de apagarlo.
...Ahora parece que empiezo a entender algo...
TOTALMENTE DE ACUERDO
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